Despidiendo el 2013

Sin duda alguna este fin de año ha sido inusual para mi, durante años pasaba tanto la Navidad como el recibimiento del Año Nuevo en la Iglesia, lo hacía ministrando, adorando a Dios y hace aproximadamente hace cuatro o cinco años, que cada festividad he hecho cosas distintas, lo que si es cierto es que nada se puede comparar con este año. Me encuentro a 77 km de casa, claro con mis padres, pero 77 km de mi hogar, por decirlo de alguna manera. Me hace pensar mucho. 

Este 2013 ha sido un año de muy buenas oportunidades, de crecimiento y de aprendizaje acelerado, es más a partir, del 16 de mayo, sentí que el año se paso volando, no se sí es porque inicié en otro departamento en la oficina, o simplemente el año terminó volando. Han sido meses de arduo trabajo en mi nueva posición aprendiendo un montón acerca de mis nuevas responsabilidades laborales, además del desarrollo profesional que esto representa. Me siento como un niño aprendiendo cosas nuevas en el trabajo. 

Además haciendo un recordatorio de cosas buenas, podría mencionar mi viaje a Chile, conocer una de las más famosas ciudades de Latinoamérica, fue un buen regalo, obtener un buen asenso en el trabajo, desarrollarme profesionalmente, recibir capacitaciones y cumplir 5 años de ministerio son las situaciones que engalanan mi año. Pero así como hay cosas alegres, hay errores enormes, resbalones y caídas que pudieron empañar este año. Los veo y puedo notar que mucho de ello es mi responsabilidad directa y que yo pude hacer algo mejor sin embargo no lo hice. Me da pesar saber que las cosas que di por sentado no se dieron. 

Se va un año más, y viene un año cargado de nuevas oportunidades, con desafíos y retos inigualables, con esperanza y con bendiciones inimaginables. Hoy no haré mi lista famosa de metas, objetivos y expectativas que tengo de este 2014. Hoy sólo quiero poder ver el 2014 y hacer todo como si fuera la primera vez, con esa emoción para iniciar lo más rápido, con ese deseo como quien desea saciar su sed, con esa pasión que te lleva a esforzarte sin escatimar recursos. No quiero utilizar verbos en infinito ni mucho menos trazarme medidas históricas o medidas predictivas. Sólo quiero que este año sea como mi primera vez en todo. Que oré como lo hacia la primera vez, que me apasione con el ministerio como lo hice el primer año que empecé, que pueda adorar a Dios como lo hice la primera vez, que pueda experimentar a Dios, como cuando no conocía todo lo que "conozco" y que se ha vuelto un impedimento y no una bendición. 

El señor me movió al siguiente pasaje: 

Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. (Filipenses 3:13, 14 DHHD)

Es lo que pienso al finalizar este año, no pretendo haber cumplido todo, no pretendo que ya lo logré, es más si soy realista me doy cuenta que fue al revés, puedo ver como he estropeado muchas veces lo que Dios tiene para mi. Sin embargo este 2014, será de olvidarme de lo malo y errores que cometí este 2013 y me esforzare para caminar hacia la meta del llamamiento que Dios ha hecho para mi vida. 

De mi parte te deseo lo mejor en este 2013 que finaliza y que el 2014 que empieza en menos de 20 minutos te sorprenda con toda bendición de lo alto, que sea Dios el que te ilumine a alcanzar las mejores y más grandes metas, pero sobre todo que este 2014, lo conozcamos y lleguemos a cumplir el llamamiento que Dios nos hace. 

Feliz y venturoso año 2014



Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós 2011... Bienvenido 2012

Incondicional

Mi Cumpleaños