Incondicional

En los últimos días, tres para ser exactos, la palabra incondicional se ha repetido en muchísimas conversaciones con mis amigos, principalmente con uno de ellos. Y conversábamos de lo poderosa que es la frase "Dios te ama" y no meramente en un sentido religioso o  evangélico. Sino realmente pensando en lo trascendente que es la expresión, en lo que realmente significa y en las consecuencia de ese amor. 

Es interesante la forma en que muchos reaccionamos ante un amor de esa naturaleza, como humanos, no creemos que exista algo sin un condicionante, todo lo bueno que puedo obtener me va a costar algo, voy a tener que dar algo cambio. Todo esfuerzo requiere un sacrificio, mi trabajo me exige tiempo, un cuerpo escultural, requiere sacrificio con mis alimentos y esfuerzo físico en un gimnasio, etc. Con respecto al amor (cariño, aceptación, permanencia), y hablo en lo personal, estamos acostumbrados a que de alguna u otra manera, no por que nos lo hayan dicho, ni por que nos lo hayan enseñado, sino porque el sistema así nos ha demostrado, que la recompensa, y muchas veces aceptación, amor y cariño, viene condicionada a alcanzar algo o dar algo a cambio. No es que tu papá o tu mamá te haya dicho: "te amo más porque hiciste esto", quiero pensar que  no nos lo dijeron, pero estoy convencido, que nuestro sistema nos lo enseña de forma pasiva en la televisión, en los ejemplos, en las lecturas, etc. 

Pero con Dios es al revés, no podes hacer más para que te ame más, te amó hasta el fin, te amó desde antes, te amó por siempre, te amó a lo sumo. Su amor es condicional, yo no puedo ser lo suficientemente malo para que no me ame, ni tampoco lo exorbitantemente bueno para que me ame más, su amor es total, completo, absoluto, sin restricción.  Tan así, que el Hijo entrego su vida, por amor a nosotros. Esa es la mayor prueba de amor, lo hizo, sabiendo aún lo que yo haría, sabiendo que lo negaría, sabiendo que lo defraudaría (una y otra vez), sabiendo eso, él aún escogió amarme. Decidió voluntariamente amarme. 

“Nadie me la arrebata [mi vida], sino que yo la entrego por mi propia voluntad.  Tengo autoridad para entregarla,  y tengo también autoridad para volver a recibirla” 
Juan 10:17-18 NVI 

“Difícilmente habrá quien muera por un justo,  aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores,  Cristo murió por nosotros” 
Romanos 5:7-8 NVI


Jesús enseñó que habían dos mandamientos que englobaban la ley completa: 

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”
Mateo 22:37-39 NVI

Cuando entendemos el incondicional amor de Dios, no nos queda más que amarle en respuesta a ese amor, pero no basta sólo con amarlo, sino que también debemos amar a quienes están a nuestro alrededor. Y eso golpea: ¿Amo yo a los demás de esa forma incondicional? ¿Logro amar a alguien a pesar de él mismo? ¿Quien nos ha buscado porque necesita que podamos amarlo de la forma en que probablemente el no pueda amarse en ese momento? ¿Podemos llegar a expresar un amor así? ¿Hemos necesitado que Dios, un amigo o nuestra familia nos ame incondicionalmente? 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós 2011... Bienvenido 2012

Mi Cumpleaños