5 años de Ministerio

Es impresionante como ha pasado el tiempo, cinco años que durante 60 días pensé que nunca transcurrirían, sin embargo, es tan sencillo celebrar cinco años. Recuerdo el año pasado que estaba un poco retado por la idea de cumplir una etapa ministerial. Hoy que la vivo, me siento satisfecho porque he culminado una meta, probablemente pequeña, sin embargo es de celebrar que he permanecido constante durante cinco años, que a pesar de mi humanidad estoy allí, no porque sea fuerte, no porque sea bueno y definitivamente no porque ya sea santo. Sin embargo, la fidelidad y misericordia de Dios se hace tangible al ver estos pequeños pasos en mi vida. Sin duda alguna Dios es Dios y en Él no hay sombra de variación, no es como yo, no se cansa de mi, tan así que me permitió llegar a cumplir esta primera etapa ministerial.

Son cinco años de aprendizaje, son cinco años de crecimiento, son cinco años de avance, son cinco años de victorias, son cinco años de tropiezos, de levantarse, de equivocarse, de ser enseñable, la misericordia de Dios es increíblemente tangible y real en mi vida. Si fuera yo quien tuviera que evaluar el desempeño de mi vida espiritual en este momento, lo más seguro es que vería cada problema, cada caída, cada defecto y cada error que he cometido y no me permitiría disfrutar un momento así. 

Dios es bueno, Dios es fiel y él no cambia. Gracias por estos cinco años en el ministerio. No me queda más que estar lleno de gratitud y callar delante de él, de seguir oyendo sus palabras y ponerlas por obra, no con emoción, no como quien entiende una orden sino como quien por amor corresponde a las solicitudes que un Dios bueno hace. 

Gracias Dios.