De la queja a la alabanza...

Uno de los capítulos del libro "Sea Agradecido" de Nancy Leigh DeMoss que más me confrontó fue el número 4. La autora empieza hacer una comparación entre una persona que se queja y una persona agradecida. Me vi desnudo ante tales reflexiones y puntos que comenta, pues me di cuenta que muchas de mis actitudes son ejemplo vivo de una persona malagradecida, llena de orgullo y quejas sobre las situaciones que estoy viviendo. Creo que Dios mismo ha permitido que lea este libro porque quiere cambiar eso precisamente en mi, cambiar mis quejas en gratitud. 

Les presento las preguntas que se hacen en dicho capítulo y te invito a reflexionar en ellas: 

1. ¿Suele manifestar más a menudo un espíritu humilde y agradecido, o corazón orgulloso, independiente y desagradecido? 
2. ¿Suele concentrarse más en sus propias necesidades y sentimientos o en bendecir y servir a Dios y suplir las necesidades de los demás? 
3. ¿Suele centrarse más en lo que desearía tener (o no tiene) o en las bendiciones que tiene y son mucho más grandes de las que merece? ¿Tiene un corazón lleno, o siempre necesita algo más para estar satisfecho porque su corazón tiene un agujero por donde se pierden las bendiciones que Dios vierte en él?
4. ¿Se suele contentar fácilmente con el designio de Dios, o se resiente por las circunstancias o personas difíciles y se vuelve exigente o se deprime cuando los demás no cumplen sus expectativas? 
5. ¿Pasa más tiempo pensando en las bendiciones o en los problemas de su vida? 
6. ¿Qué efecto provoca su espíritu en aquellos que lo rodean? ¿Se sienten ellos edificados y animados con su espíritu de agradecimiento? ¿O se sienten abrumados por sus palabras y actitudes negativas y desagradecidas?