Mefibóset

El día lunes asistí a la Iglesia, por invitación a distancia de un amigo mío. Asistí y debo decir que el tiempo devocional fue muy bueno, realmente Dios se movió de una manera inigualable, como hace tiempo no había experimentado. 

En el momento de la reflexión bíblica el pastor habló de un personaje en le Biblia, ya saben de quien hablo, de Mefibóset. Aunque su historia no es la de una conquista, o la de un gran guerrero, mucho menos un poderoso rey. La historia de Mefibóset, deja una tremenda enseñanza. En este par de líneas, no quiero asumir que todo el crédito de este post lo tengo yo. Sin duda el haber ido a la reunión el lunes me hizo ver a este personaje de una manera distinta. Recuerdo que el pasaje que habla sobre este muchacho, lo había leído muchas veces, pero no fue hasta el día lunes en que tuvo una aplicación práctica para la vida. 

El pasaje se encuentra en el Segundo Libro de Samuel 9:5-9
5 El rey mandó que lo trajeran de allí. 6 Cuando Mefibóset, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, llegó ante David, inclinó la cabeza e hizo una reverencia. David le preguntó:— ¿Eres Mefibóset?Él contestó:— Aquí está tu servidor.7 David le dijo:— No temas, porque estoy dispuesto a favorecerte en memoria de tu padre, Jonatán. Te devolveré todas las tierras de tu abuelo Saúl y además comerás siempre a mi mesa.8 Él hizo una reverencia y dijo:— ¿Quién es tu servidor, para que te fijes en un perro muerto como yo?9 El rey llamó a Sibá, el criado de Saúl, y le dijo:— Todas las posesiones de Saúl y su familia se las he entregado al hijo de tu amo. 10 Tú, tus hijos y tus siervos le cultivarán las tierras y le entregarás las cosechas para el mantenimiento de la familia de tu amo. Pero Mefibóset, el hijo de tu amo, comerá siempre a mi mesa.
David, debía de favorecer a un descendiente de Jonathan, por el pacto de amistad que había entre ellos, y el único sobreviviente era este muchacho, Mefibóset. Si te das cuenta el Rey David, le devuelve todas las tierras de Saúl pero le da uno de las mejores partes. Comer a su mesa. Iba a compartir en el palacio del Rey, la mesa, la comida, las conversaciones del Rey. ¿no te parece increíble? 

Ahora pensemos en nuestro propio caso: ¿de qué manera Dios nos ha favorecido por el pacto del sacrificio de Jesús en la cruz? ¿cuál crees que es la mejor parte? ¿además de salvarnos, de perdonarnos, de llenarnos de bendiciones? ¿Te das cuenta? Ahora podemos comer a su mesa, podemos sentarnos con él, hablar con él, con el Rey del Universo, con el Creador de los cielos. 

No tenemos porque seguir como "perros" acostumbrado a tomar de las migajas que caen de la mesa, no, Dios nos ha llamado a comer a su mesa, ¿que significa? ¿que tanto implica? Su palabra, es nuestro alimento como lo dicen los siguientes versículos: 

Isaías 55:2
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
2 ¿Por qué gastan en lo que no es comida?¿Por qué se fatigan en lo que no sacia?Escúchenme atentos y comerán bien,Saborearán manjares deliciosos;
Salmos 119:103-110
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!¡Son más dulces que la miel a mi boca!
Ahora me queda preguntarme, ¿será que aje aceptado ese regalo de acercarme a la mesa y saborear su palabra? ¿me es dulce estar en su palabra? ¿me puedo satisfacer espiritualmente de los deliciosos manejares que su palabra me ofrece?


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