Amigos...

Sin duda alguna éste año ha sido de los más trabajosos en términos generales, empleo, maestría, cosas personales, familia, relaciones, en fin de todo. Lo peor que me pudo haber pasado es sentir casi en el tercer trimestre del mismo, que todo se estaba perdiendo y que necesitaba un escape para poder tolerar lo que estaba viviendo. Busque por mis medios alguna manera poder sobrellevar aquello y busque de manera "tonta" una forma "ideal" en la que podría hacerlo. De más está decir que no fue nada bueno. Debo confesar, que fue en ese momento donde Dios no me dejo caer más bajo y sucumbir ante una depresión, o lo que fuera. Y fue ahí donde Dios empezó a mostrarme algunas cosas. Claro que tuve que reconocer mi error, mi debilidad, mis flaquezas, mis defectos, sin embargo empezó a mostrarme más que eso, empezó a enseñarme que yo no estaba sólo como lo venía suponiendo desde hacía tiempo, sino que alrededor de mi puso personas que realmente valen la pena. Que me suben la barra y esperan que la pueda pasar, que al igual que yo son humanos, se equivocan, flaquean, puede que caigan, sin embargo nunca están para señalar, sino al contrario para motivar y alentar que sigamos adelante. 

Ellos se darán por aludidos ahora que lo escribo, y aún algunos que lo leerán no sabrán que hablo de ellos. Dios los puso ahí, a cada uno con una característica distinta, que no sólo vendrían a ayudarme sino que vendrían a complementar mis propias deficiencias. Creo fuertemente en las amistades, que son regalos de Dios, pero este año para mi fueron más que regalos fueron la bendición de Dios tangibles. No sabrán lo que significo uno de sus mensajes, o una llamada, o un skype, o un hangout, no tienen idea. Hoy quiero agradecerles ¿por qué? porque fue por el nacimiento de Jesuscristo, que su muerte en la cruz unió. Es una grandiosa oportunidad para dar gracias a Dios por el nacimiento de Cristo y por todo las consecuencias del mismo. Su nacimiento, su impacto en la tierra, sus enseñanzas, su muerte, su resurrección, las consecuencias de que creamos en él. Fuimos unidos por él a través de un sólo bautismo y una sola resurrección. Les doy las gracias y bendigo sus vidas por que aún el gesto más pequeño ha sido para mi edificación.