Sigues adelante... Siempre.


A veces no es que hayas cambiado, incluso no es que no te importe lo que antes "te importaba". Tampoco se trata de que las cosas te den igual, o que tus prioridades han cambiado. Se trata de un dejo en el tiempo, un despiste en el camino que llevabas, y entonces es cuando no miras las cosas desde la misma perspectiva. Te das cuenta que un cubo no tiene una única arista, pero que dependerá mucho del angulo, la inclinación y la perspectiva con la que mires el cubo que darías tu opinión. 

Entonces ¿que haces? - guardas silencio, caminas tan lejos como las fuerzas te lo permiten, tan lejos como puedes para no tener que enfrentarte de nuevo. En un lugar muy dentro de ti, e incluso allí te sientes juzgado por ti mismo. Has aprendido que tratar de ser consistente con lo que crees y tus convicciones pareciera retrogrado. 

¿Y por que? - porque las conversaciones sinceras y sin prejuicio están devaluadas. Porque las personas sólo te usan para conseguir algo. Porque mientras eres como se pretende que seas, entonces todo está bien. Te esfuerzas para dar el cien y pareciera que nunca es suficiente. Siempre hay un pero... Siempre existe un error... Siempre tienes un detalle... 

Tratas de hacer todo cuanto sea posible para mantenerte en pie,  caminar a paso seguro, tomando decisiones, avanzando hacia lo que consideras es lo mejor en ese momento, y lo más importante es que debes creértelo, porque muchos te verán y te criticarán, te señalarán y llevarás contigo una etiqueta, un fracaso o un error, pero... 

Sigues adelante... y así será siempre. 


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