Navidad

Este es el tercer año que dedico un par de líneas a la Celebración que marca una fecha al año. Sé que muchos, dedican este tiempo a celebrar con su familia, teniendo convivios, cenas y reuniones familiares; claro, que no es para nada malo. Yo participé de muchos de estas reuniones. Sin embargo, cada año ésta fecha se vuelve más comercial, cientos de personas abarrotando los centros comerciales, miles de deudas se empiezan a generar, personas gastando más de los ingresos que perciben, comienza un estrés por encontrar y comprar, comprar compulsivamente, pero sobre todo personas tratando de llenar sus vacíos personales con comida, alcohol, compras, drogas, etc. Y así de esa manera perdemos el sentido completo de ésta celebración. El Nacimiento de Jesús, de quien sería nuestro redentor y salvador. 

Como lo he mencionado muchísimas veces, el 25 de diciembre no es la fecha exacta en que nació Jesús, claro que no. Es más creo que nadie puede decir un día exacto. Sin embargo hace más de 2000 en Belén nació un niño, de acuerdo a la escritura: 

Pues nos ha nacido un niño,un hijo se nos ha dado;el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Isaías 9:6

Pero como diría un Pastor, bastante reconocido: "se celebra el nacimiento de un Jesús histórico", claro que si, la historia está dividida por Él. Tal vez no se inicia la era con su nacimiento, sino con su muerte, sin embargo si no hubiera nacido, no hubiera muerto y por lo tanto no hubiese resucitado. Si lo sé, parece un complejo silogismo; pero no lo es, es solamente la verdad bíblica sobre la cual descansa nuestro credo. 

Sin embargo en esta ocasión me dedico a escribir un par de líneas para meditar, destacando algo más que índica la Biblia y que ha sido tema de estudio en varias iglesias. Vamos al siguiente pasaje: 

14 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. 15 Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.16 También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. 17 Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.

Hebreos 2:14-17

Este pasaje representa una verdad sobre el nacimiento de Jesús como hombre. Ya que nosotros somos hombres (de carne y sangre), se hizo necesario que Dios (en la forma de Jesús) naciera y pudiera quebrantar el poder el diablo (pecado). Aunque no lo dice explícitamente, se entiende que vino de ésta forma (de hombre) no para a los seres celestiales, sino a nosotros (no como descendientes de Abraham, pero si como hijos adoptados de Dios, Jn. 1:12) hombres de carne y sangre. Y siendo hombre y sólo de ésta manera, Él mismo pudiera ofrecer un sacrificio (Él en la cruz) que quitaría los pecados de su pueblo. Increíble ¿no? 

Entonces, el acontecimiento del Hijo de Dios, ¿tiene una importancia relevante para nosotros cristianos? Claro que si, obviamente. Y eso me lleva a la segunda pregunta, ¿Por qué no dedicar un día al año para recordar, reflexionar, meditar sobre éste acontecimiento histórico-espiritual? Desconozco, si alguna vez ésta celebración fue dedicada como tal a la meditación de éstas verdades, pero si nosotros somos creyentes de las verdades bíblicas, ¿no deberíamos al menos acallar nuestra alma y enfocarnos en el verdadero significado de ésta celebración? Creo que si. 

Ya la fiesta está "terminando", 25 de diciembre está por consumirse, pero si no has dedicado un momento para agradecer a Dios por regalarnos el nacimiento de su hijo, creo que todavía estamos en tiempo de hacerlo. 

No pierdas de vista el verdadero sentido de la Navidad.