El 2014... un vulnerable desafío.



Siempre al finalizar cada año, escribo algo sobre lo que representó o lo que me dejó de aprendizaje los 365 días que están por finalizar. Este año no será la excepción. Sin embargo, ésta vez lo trataré de escribir de la manera más sencilla, más simple y probablemente sin estructura. Quiero sin tratar de arreglar el argumento con un tinte espiritual, compartirles lo que significa que estén por terminar las últimas horas de éste año. 

Contrario a lo que podría publicar en cualquiera de mis redes sociales, que ha sido un gran año, que he tenido mucho aprendizaje, que he vivido cosas inigualables (absolutamente cierto). No, en esta oportunidad no lo describiré así. Este año ha representado un verdadero desafío. Desde el inicio del mismo. 

Este 2014 empezó con un torbellino de emociones, tratando de arreglar lo que descompuse en el 2013. Recoger las piezas, ponerlas en la mesa y pedir ayuda. Ser completamente vulnerable, abierto, honesto y transparente. Empezar completamente de cero, pero con una sola cosa en tu contra... la percepción que tenía de mi mismo. La credibilidad quebrada. Y el esfuerzo al máximo para permanecer de pie. 

Dios me mostró su misericordia, su paz y su fortaleza. Él permanece allí conmigo en cada momento, a pesar de mi. Me enseñó que estoy rodeado de personas que creen en mi, que me aman y me cuidan. Amigos verdaderos, personas que están interesadas en mi crecimiento. Tanto así, que muchas de ellas que leerán esto que hoy escribo, quiero que se sientan aludidas y que aunque no se los digo tan seguido, estoy muy agradecido con cada uno de ellos y ellas que han mostrado su amor e interés por mi, incluso dándome tiempo, siendo éste el recurso más preciado que todos tenemos. 

Ustedes tienen enemigos que los odian y los combaten, pero yo haré que desaparezcan llenos de vergüenza. Los buscarán, y no los encontrarán, pues habrán dejado de existir. Israelitas, yo soy su Dios y los he tomado de la mano; no deben tener miedo, porque cuentan con mi ayuda. Ustedes, israelitas, son un pueblo débil y pequeño; pero no tengan miedo, porque cuentan con mi ayuda. Yo soy el Dios santo de Israel, yo les he dado libertad.
Isaías 41:11-14

Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas.
Eclesiastés 4:12

Parecía que el tiempo transcurría con tranquilidad cuando el mes siguiente, uno de mi familia enferma, Neumonía. La enfermedad se ensaña y golpea con toda su fuerza a un miembro más, Pancreatitis crónica. Ahora son las dos de las personas más fuertes de mi familia que sufren dolor. En ese momento me hago completamente responsable de ambos. Mi Papá y mi hermano. La lucha más difícil en este momento era tratar de permanecer equilibrado, enfocado y fuerte para mantener la fe en Dios, creyendo que el sigue en control de todo. No estoy para mentirles. En muchos momentos me pregunté si Dios se había acaso olvidado de nosotros como familia. Sentí un poco de alivio cuando mi Papá logro salir y ya permanecer sólo en control con los medicamentos. Pero quien diría que aún tendríamos muchas pruebas, con mi hermano. Creo que la fe de cada uno de nosotros fue probada, la paciencia llevada al extremo y conocimos a profundidad a aquellos que nos rodeaban. Los pronósticos para la salud de mi hermano siempre fueron de mal en peor. En lugar de mejorar, lo veíamos empeorar. En mi mente resonaba. por qué él, por que el que te sirve más, el que se desvela por hacer lo que hace para ti de la mejor manera, se congrega, tiene un alto estándar de santidad. No tenía una explicación. Las dudas no se hicieron esperar. La desesperanza también golpeo la vida de mi familia. Cada uno tratamos de sobrellevar lo que estábamos viviendo. Fueron los 6 meses más complicados del año. Puedo decir que conozco el Hospital Militar, completo. Nunca me di cuenta que pasaron tan rápido. La última operación fue lo más desesperante y desconcertante. Pensé que pudo haber terminado realmente mal, ni recordarlo me gusta. Pero tengo a mi familia completa. 

Aún en medio de ese dolor, Dios estaba actuando en nuestros corazones como familia. Creo que el hecho de ponerme al frente era también parte de un propósito y un trabajo en mi corazón. Fue la forma en que Dios me mostró que yo estaba capacitado para hacer frente a cualquier situación, pelear por mi familia y brindarles seguridad, aunque yo por dentro estuviera desecho. Me mostró la verdadera amistad, el amor genuino, la preocupación sincera. Así mismo más que eso me dejo ver la provisión divina. Cómo diría mi hermano, probablemente yo no había vivido ningún milagro antes, y debía ahora pasar por esto, fue como una prueba de la soberanía de Dios y también de descansar en su cuidado. Pero les puedo decir que la provisión de Dios no se hizo esperar en ningún momento. En su momento, no lo vi así. Debo ser honesto. Al contrario, en mi mente resonaban pensamientos como: "Dios se olvidó de ustedes", "Este es el Dios en el que crees"... y un sin fin más. Al final, Dios sigue siendo Dios y no nos abandonó, tengo a mi familia completa, tengo personas que me ayudaron alrededor de mi y sobre todo Dios permanece con nosotros. 

Yo sé que mi Dios vive, sé que triunfará sobre la muerte, y me declarará inocente. Cuando mi cuerpo haya sido destruido, veré a Dios con mis propios ojos. Estoy seguro de que lo veré, ¡con ansias espero el momento!
Job 19:25-27

En lo personal, con esos seis meses que había vivido era más que suficiente para terminar mi 2014... Sin embargo aún habían cosas para vivir, cosas que debía experimentar y que sé que ahora forman parte de mi vida. Un cambio de empleo, por decisión personal. Me siento tranquilo de haberlo hecho. Aunque debo ser honesto en decir que extraño las cosas que hacía en el otro lugar, así como a las personas increíbles que trabajaron conmigo durante el último año y medio. Ahora es un nuevo empleo, totalmente diferente y como en todo lugar siempre hay retos, desafíos y aprendizaje que realizar. He conocido personas increíbles en ese lugar. Varias de ellas ahora se han constituido compañeros con los cuáles es un crecimiento mutuo. También ha habido mucho trabajo con mi carácter, mi paciencia, mi humildad y también sobre colocar mi corazón y vida enfocado en lo que realmente vale la pena. En Dios. 

Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.
Jeremías 29:11

Sin embargo, me di cuenta de la calidad de personas que dejé en el lugar anterior. Personas que hoy puedo llamar amigos. Varios de ellos no sólo me enseñaron como ser profesional, a conocer el negocio, atreverme a tomar decisiones, me enseñaron cada uno de ellos a tomar decisiones de vida. Y aún más a ser de mente amplia y no conformarme con un "no se puede". Me enseñaron que la exigencia es buena, y que aunque no se tengan todas las comodidades siempre se pueden lograr alcanzar objetivos cuando los tenemos claros. Me quedó con grandes amigos, grandes personas y poderosas enseñanzas. Todo mi respeto para ellos. 

Hace poco más de 15 días, fue el Retiro anual del ministerio al cual pertenezco. Aunque al principio no tenía muchas ganas de asistir, Dios propició el momento, el tiempo y que todo ajustará para que pudiera participar. Me di cuenta de algo. Yo pertenezco a ese lugar. Esas personas son mis amigos, mi familia. Yo creo en lo que hacen, en lo que hacemos. Escuchar a mi pastor decir que se alegraba realmente de verme ahí. Cambio totalmente la percepción de mi año. Fue un "sigo aquí, el año fue complicado, pero sigo aquí". 

Gracias a Dios, nosotros no somos de los que dejan de ser fieles y acaban siendo castigados, sino que somos de los que reciben la salvación por confiar en Dios.
Hebreos 10:39

El año está por terminar, seguro no fue el mejor de todos, pero sigo aquí. Se viene el 2015 con muchas oportunidades por alcanzar, desafíos que conquistar y cosas por experimentar. El 2014 me hizo fuerte, entendido y agradecido. A pesar de todo, fue un año. Así que 2015 voy con todo. 

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