¿Cuántas veces?


En la oración final del día domingo por la noche, quién predicaba lanzaba el siguiente reto: "Si ésta noche quieres una nueva oportunidad, Dios está dispuesta a dártela, sólo reconoce humildemente que la necesitas". 

Lo primero que vino a mi mente fue: "¿Cuántas veces puedo pedir una nueva oportunidad?, La verdad creo que era una pregunta movida por mi humanidad. Aunque ustedes no me crean, creo que soy una persona con mucha paciencia, demasiada dirían algunos amigos. Pues muchas veces yo sigo dando nuevas oportunidades a aquellos que de alguna manera me han fallado o de alguna manera se han aprovechado de mi confianza. Pero cómo todo en la vida, también mi capacidad de dar oportunidades, nuevas oportunidades llega a su límite. 

Y me puse a pensar y reflexionar en que en términos de mi relación con Dios, soy yo el que una y otra vez, rompe la confianza y falla constantemente en las oportunidades que se me han otorgado y pensando en eso precisamente estaba cuando esa pregunta rompió el silencio de mi oración: "¿cuántas oportunidades más puedo tener?". Justamente el predicador decía: "¿Cuántos mensajes más estás dispuesto a escuchar antes de responder consistentemente a lo que Dios te está ofreciendo y permanecer firme en ello?, que no sea un simple mensaje más".

¿Cuántas oportunidades más? ¿Cuántas veces más tengo que fallar? ¿Cuántas veces más tengo que volver a comenzar? ¿Dios se puede cansar de mi? Es más, muchas veces he considerado que ya lo está, que diferencia habría entre una nueva oportunidad o continuar con la que tengo. Debo confesar que por un momento esto me llenó de angustia. Sin embargo comprendí que yo soy humano y siempre necesitaré una nueva oportunidad, para comenzar, para retomar, para proseguir... ¿cuántas? muchas dependerán de mis malas decisiones, otras de las consecuencias de mis malas decisiones. No estoy diciendo que esto me da licencia para vivir errando y vivir a costa de la prueba y error. Sin embargo me hace pensar sobre aprovechar las oportunidades. Por que si has experimentado el volver a comenzar, el tener una nueva oportunidad, el salir de las cenizas, no es simplemente hacerlo requiere mucho de nosotros y de lidiar con el dolor de una falla, falta o equivocación. Creo que nadie puede siquiera considerar vivir de ésta manera. 

Dios me movió a buscar los siguientes pasajes:

Venid luego, dirá el SEÑOR, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, serán tornados como la lana. 
Isaías 1:18

Yo, Yo soy el que borro tus transgresiones por amor a Mí mismo, Y no recordaré tus pecados. Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; Habla tú para justificarte. 
Isaías 43:25-26 

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 
1 Juan 2:1

No creo que el plan de Dios es que estemos encerrados en un ciclo de caer - levantarse, de cometer errores, o de no aprender de nuestras equivocaciones. Sin embargo si necesitamos una nueva oportunidad, Él sigue dispuesto para darnos una más. ¿Cuántas oportunidades más? La respuesta es: "Una más". 

Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.
Nehemías 9:31



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