Ultimos días...

Es sorprendente como pasa el tiempo... ver como pasan los días, las semanas, los meses... en fin, como nada estamos ya en noviembre y los anuncios de otra Navidad llena de luz, amor y esperanza vuelven a florecer cual planta en primavera. Para muchos este es un momento decisivo donde nos ponemos de nuevo metas, donde trazamos objetivos para un año más de nuestra existencia... Y donde contabilizamos todo lo que hicimos durante el presente año... y es aquí donde para muchos se inclina la balanza hacía lo que no alcanzamos y no queda justo lo que pretendimos alcanzar... Es aquí donde comienzan las frustraciones y también la esperanza de luchar el proximo año... Y es aquí donde comienzan las preguntas:

• ¿Qué hago?
• ¿Que digo?
• ¿Que me trazo?
• ¿Donde trabajo?
• ¿En que ministerio me inscribo?
• ¿Que proyecto inicio?
• ¿Que debo hacer?

O las preocupaciones:

• Un año más viejo
• Me caso, No me caso
• Compro una casa, un carro, un perro
• Me cambio de Trabajo
• No tengo trabajo
• Terminar la Universidad
• Sacar cursos atrasados...

Sin embargo se nos olvida una cosa bien importante... Dios tiene el control de todo cuanto existe, una hoja de un árbol no cae sino es su voluntad, y es más Dios se preocupa por lo más insignificante para nosotros.. o también olvidamos que todas las cosas ocurren para bien de los que le aman. Lo más interesante de este tiempo, es que salen a relucir sentimientos, que nunca antes nos habían importado... y nos encerramos en situaciones que pensamos que no podemos controlar, y hasta cierto punto es cierto, no las podemos controlar, depresión, tristeza, soledad, desilusión... puede ser todo eso... Pero se nos olvida de preguntarle a Dios realmente ¿Cual es el propósito por el cual estamos atravezando las situaciones?

Posiblemente no hayamos alcanzado algunos propósitos, ahora toca analizar porque no los alcanzamos... si... eso ¿por que?

¿Me esforce? ¿Me dio igual? ¿Luche por alcanzarlo?
¿Que situación no me permitió alcanzar lo que me propuse?
¿Confundí mis prioridades?
¿Pedí dirección de Dios antes de tomar las decisiones?
¿Entregué mis sueños a Dios para poder alcanzar los propósitos?
¿Cuál es el motivo para alcanzarlos?

Dios cuando pide nuestro corazón no pide solo las cosas que nos duelen, nos dañan o nos ensucian, nuestra entrega debe ir más allá, de poderle entregar tanto nuestros éxitos como nuestros fracasos, nuestra vida completa. Todo lo que hagamos debemos hacerlo para la gloria de Dios, como para él dice Él Apóstol Pablo. ¿Pueden ver a lo que voy a llegar? Algunas veces hacemos cosas, y se nos olvidan que el motor que hace que funcioné nuestra maravillosa vida es Dios, nuestra relación con Dios. Si por alcanzar algo, cualquier cosa, nos olvidamos de nuestra relación con Dios, es entonces cuando el motor se queda sin combustible, lo que significa que nuestro desarrollo va a parar...

Una vez leí... parafraseando... Cuando Dios quiere actuar en tu vida, y quiere llamar la atención y quiere trabajar contigo, es entonces cuando se va a frustrar tu yo, nuestro yo se frustra, cuando todo lo que yo soy, entiendase, calidad académica, calidad laboral, excelentes relaciones, en fin en todo lo que yo me apoyo y soy "lo que soy"; todas esas buenas "cualidades" y "propósitos" van a caer, hasta que comprendamos y entreguemos nuestra vida completa a Dios, nuestros sueños y nuestros anhelos, él quiere estar con nosotros, el quiere ser parte de nuestros deseos, de nuestras metas, no quiere que lo excluyamos, el quiere estar ahí a nuestro lado... Si no le permitimos esta parte, el va a hacer todo lo posible para que lo dejemos ser parte de... Claro que no será a la fuerza... pero quiere darte la oportunidad de que lo sepas.

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