No te Rindas!

Encontre esta anécdota y me confrontó mucho la forma en la que Dios habla sobre no rendirse y no desanimarse....

"Cuando empezó mi primer año de escuela secundaria, consideré unirme al equipo de campo y pista. Nuestro maestro de Educación Física se hallaba reclutando corredores para el equipo; así que trató de que le tomáramos el gusto al deporte.


Todos los días terminaba su clase regular, mandándonos a correr una vuelta alrededor de la pista. Era obligatorio... y el entrenador miraba a ver a quiénes serían buenos candidatos...

Me gustaba la primera parte de la vuelta, porque podía echar a correr con rapidez, y los dejaba a todos detrás en cuanto daban la señal...

Pero cuando ya llevaba la delantera, me entraba un dolor profundo en el costado. El único alivio era decelerar, y renunciar a mi ventaja delantera... así que iba reduciendo velocidad, hasta convertirse mi anterior carrera en una caminata... incluso el corredor más lento me ganaba.

Un día en el salón de duchas... un compañero me vio, y me preguntó: ‘Oye Phil... ¿qué te pasó, hombre? Me podías haber ganado... tenías toda la ventaja... Por qué te rendiste?’...

--‘Me entra un dolor como una puñalada en el lado cada vez que paso la curva’ - le expliqué... -‘Se siente como un ataque de apendicitis. ¡No puedo seguir!’-

El nuevo ganador me dijo: -‘¿Y por eso nada más te rindes?’ -‘¡SÍ!- exclamé -‘ME DUELE DE VERDAD'

-‘¿Y CREES que al resto de nosotros NO NOS DUELE?- gritó. -‘¡OYE! A todos nos duele cuando corremos la distancia entera. ¡Hombre, eso es parte de la carrera! Nos duele, Phil, pero NO CLAUDICAMOS... Phil, acuérdate de esto: Nunca ganarás, a no ser que continúes, aunque duela’.

...Nunca olvidaré aquellas palabras... Aprendí ese día algo sobre las carreras. Porque todos nos hallamos en una carrera, sepámoslo o no. LA VIDA ES UNA CARRERA, y hay algo más que dolor físico que deberás soportar, si quieres ganar.

Cuando los dolores de la vida atormenten tu mente, tu espíritu y corazón, debes tomar la determinación de no claudicar. Debes levantar las velas de resistencia de tu vida espiritual [montar vigilancia], y aunque duela, no perder la ESPERANZA, y ni siquiera pensar en rendirte, ni darte por vencido.

El capítulo nueve de Eclesiastés dice que ‘no es de los ligeros la carrera’; y Nuestro Señor Jesucristo dijo que "el que persevere hasta el fin, ése será salvo" (Mateo 24: 13). Lo principal en una carrera es permanecer en ella, y PUEDES GANARLA, si perseveras; pero si claudicas, no tendrás posibilidad ninguna.

¡Y además, no tienes que ser el primero en llegar a la línea del FIN para ser ganador! ‘Por tanto... corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante’ (Hebreos 12: 1). ¡Y... no te rindas ahora!"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós 2011... Bienvenido 2012

Incondicional

Mi Cumpleaños