Ministrando una vez más

El día domingo participé con mis hermanos ministrando la alabanza en la Iglesia Biblia Abierta, me quedó en deuda con la dirección. He de decir, que estaba algo temeroso de participar con ellos, tenía mucho tiempo sin practicar y sin ministrar alabanza. Era como un error en una nota, echaría a perder lo acoplado que ellos suenan.

Fue una grandiosa experiencia volver a estar en una plataforma compartiendo el mismo sentir, honrar, agradar y ministrar al Señor con nuestras habilidades, corazones y voces es una experiencia incomparable, poder ver lo que Dios hace en medio de la alabanza es algo que no tiene precio. Por mi parte, volví a sentir el mismo nerviosismo que venía cada vez que me tocaba tocar o cantar. El vacío en el estomago y pensar en el enorme privilegio de estar en el fluir de Dios. Un momento en su presencia no tiene precio.

Me dí cuenta que mi corazón aún sigue con la misma ilusión de siempre, estar frente a él, de una manera honesta, transparente, sin apariencias es lo que siempre anhelo y siempre he anhelado. Es inexplicable cuando sientes que Dios te ve y puedes tocar su corazón y que el toque de regreso el tuyo y sientes como provienen esas bendiciones de parte de Dios. Creo que ese deseo nunca se fue sino que permanece allí. Estoy a la expectativa de cuando será la próxima vez que se repita de nuevo.